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domingo, 23 de noviembre de 2014

Adaptación de la versión de los hermanos Grimm del cuento "Toda clase de pieles" (2)

Esta es mi segunda adaptación del cuento Toda clase de Pieles de los hermanos Grimm, en la que he introducido algunos de los cambios sugeridos en la anterior entrada.

Toda la sabiduría del mundo (2)

Érase una vez, en un país muy, muy lejano,  un rey y una reina tan amables y generosos que todo su pueblo, sin excepción, los amaba y admiraba.
El rey era apuesto, valiente y honrado, y la reina era el ser más bueno y bello que se hubiera visto nunca en aquel palacio. Tenían ya dos hijos varones, que eran su mayor alegría y con los que se aseguraban la descendencia real, pero en el corazón de los reyes existía una pequeña sombra: ambos anhelaban tener una hijita que fuera tan buena y bella como su madre y tan honrada y valiente como su padre. Tras muchos meses de espera, la reina anunció que estaba embarazada e instintivamente supo que era una niña. Efectivamente, tras nueve  largos meses nació una preciosa niñita, a la que llamaron Sofía. La princesa era tan perfecta que parecía irreal ; tenía los rizos morenos de su madre, así como sus ojos verdes, y ya desde su nacimiento dio muestras de poseer un carácter tan excepcional como el de su padre. Los reyes y los príncipes estaban locos de contentos con el bebé y le dedicaban todas las atenciones del mundo.

 Sin embargo, la tristeza pronto se cernió sobre el palacio. La reina cayó enferma, sufriendo una misteriosa enfermedad para la que ningún médico encontró cura. Presintiendo que le quedaba poco tiempo, la reina decidió preparar algo para que cada uno de sus hijos le recordara. A su hijo mayor le dejó parte de su ajuar, para que cuando tomara como esposa a la que sería la futura reina tuviera algo de su madre que añadir a los bienes del los que esta dispusiera; a su hijo mediano, viendo que tenía gran disposición para los libros y los estudios,  le regaló la gran biblioteca que había heredado ella de su padre; finalmente, a Sofía, su bebé recién nacido, le regaló un brazalete en el que incluyó tres pequeños colgantes: un secreter en forma de nuez que al abrirlo contenía un moreno rizo suyo y un pequeño rizo del bebé entrelazado a él, un anillo que había heredado de su abuela cuando era niña y un pequeño búho de plata que simbolizaba la antigua sabiduría del reino.

Antes de morir, la reina reunió a su marido y a sus dos hijos mayores, a los que les dio sus regalos, y le pidió a los tres que cuidaran de la pequeña. Al rey, además, le pidió que cuando Sofía tuviera uso de razón, le entregara la pulsera con los tres colgantes que había preparado para ella. Su última disposición fue que su hijo mayor se casara con una mujer que igualara en belleza a su hermana pequeña, que su hijo mediano se convirtiera en el más sabio y estudioso del reino, y que Sofía fuera educada de tal forma que su bondad y su valentía fueran reflejadas en todas sus acciones, no dejando que su gran belleza le convirtiera en un ser vanidoso y vacío.

Tras la muerte de la reina, todos en el palacio estaban desolados. El rey y los dos príncipes, con el corazón destrozado, volcaron todas sus atenciones en la pequeña Sofía, esforzándose en educarla de tal manera que desarrollara sus maravillosas cualidades de bondad y valentía. Sofía, además de ser una niña bellísima, se convirtió en un ser amable y tierno, que mostraba gran compasión y humanidad ante todos los seres vivos que le rodeaban.  El hermano mediano se dedicó a sus libros, logrando así ser el mayor sabio y estudioso de todo el reino. El hermano mayor, por su parte, se dedicó a buscar una esposa que igualara en belleza a su hermana pequeña.Todos los emisarios del reino estaban involucrados en esta tarea, recorriendo todas las tierras del rey y luego las tierras de otros reyes, hasta llegar a los rincones más remotos. Tardaron mucho tiempo, pero por fin encontraron a una muchacha que no pertenecía a la corte, pero cuya belleza era comparable a la de la princesa. Jubilosos por haber encontrado a la mujer que asegurara la descendencia real, la llevaron a palacio para que se casara con el príncipe mayor.
Este se enamoró perdidamente y la desposó en una gran ceremonia en la que participó todo el pueblo, encantados de que el próximo rey se hubiera casado con una muchacha tan hermosa. También participaron en ella el rey y sus otros dos hijos, contentos al ver que el príncipe por fin tendría una mujer como la que su madre deseaba que tuviera.

Pasaron los meses y la futura reina empezó a mostrar algo que nadie había previsto: mientras que su belleza era equiparable a la de la princesa Sofía, su bondad no tenía ni punto de comparación. Es más, poseía un carácter envidioso y malvado que le hacía envidiar a la princesa por su procedencia real y por ser tan bella como ella. Así, en cuanto tuvo oportunidad, le dijo al príncipe que cuando ellos fueran reyes, a la muerte del actual rey, tendría que obligar a su hermana a abandonar el palacio y su reino.El príncipe pensó que era una enajenación pasajera  y aceptó las condiciones para contentar a su nueva esposa y a su fuerte carácter, seguro de que para el momento en el que su padre muriera, se le habría olvidado.

Pasaron los años y el rey fue envejeciendo hasta que llegó el momento de su partida. Tras los funerales, en los que los tres hijos se mostraron desolados,  se produjo la coronación de los nuevos reyes. Esa misma noche, a la hora de dormir, la nueva reina instó al nuevo rey a obligar a su hermana a abandonar el palacio y a buscarse una nueva vida. Si no, le dijo, ella conseguiría librarse de Sofía a su manera, pues no podía vivir cerca de nadie que le hiciera sombra de la forma en la que se la hacía la princesa, a la que todo el mundo amaba y respetaba.
El rey, consternado, fue a hablar con Sofía y le explicó la situación, aconsejándole que abandonara el palacio pues  temía verdaderamente por su vida tras las amenazas de su mujer de eliminarla a su manera. La princesa, muerta de miedo, aceptó irse, no sin antes pedirle al rey que convenciera a su mujer para que le diera de plazo para prepararse hasta que la luna, que en ese momento estaba en la fase en la que es casi invisible,  volviera a mostrarse en todo su esplendor. La reina, molesta pero complacida de que su rey le hiciera tanto caso, aceptó el trato.

Durante ese tiempo, la princesa Sofía se confió a su hermano mediano, que ya vivía fuera de palacio dedicado de lleno a sus libros y su ansia incansable de saber más y más. Este, sabiendo que su hermana no tendría más remedio que abandonar el reino, le prometió idear algo para que siempre que se encontrara en apuros pudiera encontrar una solución. Así, el día en el que la luna debía mostrarse totalmente llena, el príncipe mediano le dio a su hermana una capa que había realizado con trozos de tela cosidos. En estas telas se encontraban escritos con pintura imborrable los consejos y mensajes de todos los sabios de todos los reinos, a los que la princesa podría acudir siempre que se encontrara algún problema.  Así, con su capa hecha de toda la sabiduría del mundo, con la pulsera que le había regalado su madre antes de morir y con el corazón en pedazos, Sofía abandonó el palacio.

Como era de suponer, se perdió en el bosque la tercera noche del tercer día, pues no tenía costumbre de caminar fuera de palacio sin compañía. Pero como poseía el carácter valiente de su padre y la capa de toda la sabiduría de su hermano, la princesa intentó tranquilizarse. Consultó su capa, y encontró un trozo de tela que recomendaba que al perderse en un bosque, era mejor encontrar un lugar seguro donde pasar la noche a refugio de los animales y esperar allí a la llegada del día. Se escondió en una pequeña cueva, se tapó con la capa de su hermano y se quedó profundamente dormida.

Al día siguiente, Sofía se despertó al oír voces en la cueva. Estas voces pertenecían a Tobías, príncipe de un reino cercano, y a su séquito, que habían salido en busca de hierbas curativas y por eso se habían metido en la cueva. Cuando el príncipe le preguntó sobre su identidad, la princesa, temerosa de que la llevaran de vuelta al palacio donde tendría que enfrentarse con la ira de la reina, le mintió diciéndole que era una muchacha que se había quedado huérfana y que había salido a buscar fortuna. El príncipe Tobías, que no podía vislumbrar la gran belleza de la princesa debido a la suciedad y el polvo del viaje que cubrían su cara, decidió, movido por su gran corazón, llevar a la muchacha a su palacio para que ayudara en las caballerizas.

Así, la princesa Sofía pasó de vivir en un palacio a trabajar en las caballerizas de otro, donde se encargaba de limpiar y alimentar a los caballos del príncipe Tobías. Al principio le costó mucho acostumbrarse a esta tarea, puesto que era la primera vez que lo hacía. Sin embargo, su gran bondad hacia todos los seres vivos hizo que pronto dominara la labor de cuidar los caballos del príncipe. Este tenía uno favorito, un caballo grande y negro con una mancha blanca como un lucero en la frente.

 Sofía, con miedo de que cualquiera descubriera su identidad al ver su cara limpia, siempre se mantenía sucia del polvo de los caballos y de los establos; cuando Tobías acudía a ellos, el polvo le impedía ver la belleza de su cara lavada.  Este siempre se sorprendía de lo sucia que iba, pero le admiraba cómo cuidaba a todos los caballos, que desde la llegada de la muchacha estaban  mucho más limpios, mejor alimentados y parecían mucho más felices. Además, cada vez que la veía, se fijaba en su hermosa melena de rizos negros, que era idéntica a la de su madre.

Día a día, la princesa cuidaba a todos los caballos con gran cariño, pero al favorito del príncipe lo cuidaba con más esmero si cabe, ya que, sin quererlo, se había enamorado de él desde el día en que lo conoció en la cueva del bosque.
Una tarde, Tobías pidió que le ensillaran a su caballo favorito. Sofía, encargada de poner las monturas a los caballos, decidió consultar la capa para ver cómo podría hacerse notar de cara al príncipe. En ella, encontró un pequeño consejo en el que se decía que, para que una persona reparara en otra, bastaba con hacerle llegar de forma anónima  tres objetos muy queridos. A la llegada del tercer objeto, el receptor sería capaz de vislumbrar por fin a la persona que se los estuviera enviando.
Sofía sabía que esto no le garantizaría el amor de Tobías, ya que no hay forma alguna de conseguir el amor mediante ningún hechizo, pero pensaba que si el príncipe por fin reparaba en ella, a través de su suciedad podría ver a la persona que se escondía debajo y quizás, corresponder sus sentimientos.

Cuando Tobías montó su caballo favorito, encontró el búho de la sabiduría enganchado a su montura. Lo guardó sorprendido e intrigado de cómo podría haber llegado un objeto tan valioso a su caballo, ya que la única persona encargada de él era la pobre muchacha de las caballerizas.
La siguiente vez que Tobías montó su caballo, se encontró un precioso anillo antiguo. Lo guardó junto al búho, cada vez más intrigado sobre la procedencia de los objetos.
La tercera vez que montó a su caballo favorito, encontró el secreter con el mechón de pelo de la reina fallecida y el de la princesa bebé.En ese mismo momento, un pequeño búho plateado, muy similar al que había encontrado enganchado a su montura, levantó el vuelo hacia las caballerizas. Tobías lo siguió, y vio que se había posado justo al lado del lugar en el que Sofía estaba realizando sus tareas de espaldas a él. En ese momento, Tobías lo comprendió todo; mirando los mechones que aún llevaba en la mano reconoció el pelo de la muchacha de las caballerizas y así entendió que era ella quien le había estado haciendo llegar los regalos. Justo en ese instante Sofia, que había aprovechado para lavarse y asearse antes de tenerse que volverse a ensuciar para evitar ser descubierta, se dio la vuelta, mostrando su bello rostro.
Cuando Tobías la vio, supo que detrás de esa belleza y de los objetos tan valiosos que había recibido se hallaba algo más que una pobre muchacha huérfana.  Le preguntó a Sofía sobre su verdadera identidad, y esta, por fin, decidió contarle la verdad.

El príncipe Tobías, que se había enamorado de Sofía por su belleza y por el amor con el que sabía que trataba a todos los seres vivos, le dijo que aunque no hubiera sido una princesa, le habría robado el corazón de la misma manera que lo acababa de hacer.  Por fin juntos y felices, se casaron y comieron perdices. 



Análisis de la adaptación


Para que el cuento sea una adaptación y no sea una versión o una inspiración, he mantenido los siguientes elementos de “Toda clase de pieles”:

-          La protagonista nace en una familia y un entorno feliz
-          Alguien relacionado con la familia le fuerza a salir del núcleo familiar.
-          Ella pide un tiempo para retrasar la marcha, pero se ve obligada a irse al final.
-          Recibe un elemento que le ayuda en los acontecimientos venideros.
-          Se ve obligada a recurrir a este elemento para sobrevivir
-          Alguien la encuentra, le ayuda, y le lleva a otro lugar donde se ve obligada a realizar una labor que nada tiene que ver con su estatus social.
-          Se enamora del príncipe y oculta su personalidad por miedo a que le hagan retornar a su entorno.
-          Usa los elementos de los que dispone para enamorar al príncipe.
-           Al final el príncipe descubre su identidad y se enamora de ella
-          Se casan y son felices


Los elementos que he cambiado son los siguientes:

-          La princesa no es hija única, es la pequeña de sus hermanos, con lo cual el tema de la sucesión dinástica ya está asegurado. El grueso de la trama se centra en lo que la reina dispone para ellos y no para el rey.
-          Es un elemento externo a la familia (la mujer de su hermano), pero cercano a ella, quien hace que la princesa tenga que abandonar su hogar. De esta manera se eliminan las connotaciones negativas hacia el núcleo familiar directo, ya que el príncipe mayor al final convence a la princesa para abandonar el reino por miedo a que le pueda pasar algo.  Esto queda reforzado además por el hecho de que el ayudante es su hermano mediano.
-          Se introduce el sentimiento de envidia.
-          Se elimina el incesto de la historia, ya que no me parece adecuado y comprensible para los alumnos de Primaria
-          El elemento de ayuda no está hecho de toda clase de pieles, está hecho de “toda la sabiduría del mundo”. Así, se refleja el hecho de que no solo la belleza es lo que hace que la protagonista consiga a su amado, sino también la sabiduría recogida en la capa fruto del intenso estudio de su hermano.  
-          Se hace mucho hincapié en otras cualidades de la princesa que no son solo la belleza (la bondad y la valentía)
-          Los objetos que la princesa va dejando en el caballo provienen de un brazalete y no tienen connotaciones religiosas ni amorosas, sino familiares (el pelo y el anillo de la abuela) y de conocimiento (el búho)
-          El príncipe no busca esposa, se enamora de la princesa sin quererlo y no es solo su belleza lo que hace que se fije en ella, sino el amor con el que trata a sus caballos y la bondad que desprende
-          Se eliminan las referencias a la caza y las pieles de animales, haciendo referencia en cambio a lo bien que la protagonista cuida a los animales y cuánto los ama.
-          El príncipe se enamora de la protagonista pero menciona que aunque ella no fuera  una princesa también se habría enamorado.

Creo que esta adaptación es adecuada para niños de 6 a 8 años. Es en esta horquilla de edad en la que los cuentos folclóricos y maravillosos y los cuentos tradicionales forman parte de los temas favoritos de los niños. Tiene además un argumento completo (presentación-nudo y desenlace). Además la fantasía se presenta de una manera verosímil, ya que es más real una capa hecha con trocitos de tela con sabiduría escrita que los elementos que aparecen en la versión original.

Si nos fijamos en treinta y una funciones que propone Propp para los cuentos folclóricos, el cuento sigue las siguientes:

  • Alejamiento: mueren los reyes
  • Prohibición: la princesa tiene prohibido permanecer en palacio tras la muerte de los reyes
  • Fechoría: la princesa se ve obligada a partir por la envidia de su cuñada
  • Momento de transición: se le hace partir
  • Principio de la acción contraria: la princesa acepta su destino
  • Recepción del objeto mágico
  • Partida: la princesa parte
  • Socorro: la princesa es ayudada en el bosque
  • Desplazamiento:  la princesa es llevada a otro palacio
  • Tarea difícil: cuidar de las caballerizas
  • Tarea cumplida: los caballos cada día están mejor gracias a la princesa
  • Reconocimiento: el príncipe reconoce qué hay detrás de la suciedad y pobreza de la muchacha de las caballerizas
  • Matrimonio: se casan y son felices



Bibliografía:
Pelegrín, Ana. La aventura de oír
Cuadros proporcionados en la asignatura


Cambios realizados:

Siguiendo las sugerencias de varios de los comentarios de la primera entrada, he llamado a la princesa Sofía, que significa sabiduría. Al príncipe le he llamado Tobías, que significa bondad, reflejando así esta cualidad en el príncipe que recoge a la princesa del bosque.

Además, también siguiendo las sugerencias, he ampliado el símbolo del búho a la clarividencia, que permite al príncipe con su intervención darse cuenta de quién es realmente la princesa. 


9 comentarios:

  1. Para mi está perfecto. Has incluido los cambios que te ha indicado Irune. Buen trabajo ;-)

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Muy bien Laura, has conseguido que tu adaptación esté perfecta al introducir los cambios que te pedía Irune en su primera corrección y ahora me estoy dando cuenta de que Fran opina lo mismo.
    Enhorabuena

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Buenas tardes Laura.
    Me parece estupenda la adaptación y los cambios que has realizado tras la primera entrada me parecen adecuados. Dan aun mayor sentido a tu cuento. me parecen fabulosos los nombres que has utilizado de Sofía y Tobías y como juegas con el simbolismo.
    Lo único es que la adaptación la utilizaría con alumnado de 5º o 6º mejor, por el vocabulario utilizado, la extensión del relato y toda la simbología que aparece.
    Un trabajo excelente, es un placer leer tu blog.
    Muchas gracias.

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    1. Bueno... cuando lo cuente (porque estos cuentos son para contar y no para leer, ya adaptará la extensión a la atención de los niños :)

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  6. Perfecto, Laura. Como ya te dije, es precioso.

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