CREACIÓN LITERARIA
Las creaciones
literarias propuestas en esta entrada están pensadas y diseñadas para 3º de
Primaria, es decir, para alumnos de 8-9 años.
Creación en prosa.
Técnica utilizada:
binomio fantástico (Gianni Rodari)
La Luna y
el columpio
La
Luna estaba aburrida... ¡qué aburrida estaba la Luna! Todo el mundo pensaba que
era una privilegiada porque vivía en el cielo, acompañada de las estrellas Pero nada más lejos de la realidad; estaba
harta de estar tan sola. Las estrellas eran unas estiradas y solo se relacionaban unas con las otras. Al
principio, esto no era así; las estrellas le hacían compañía, le contaban sus
historias y le hacían reír, hasta que un día una de ellas le preguntó que por
qué era tan fría comparada con su hermano el sol:
-
“Porque yo no soy una estrella”-explicó la Luna-“yo soy un satélite, el
satélite de la Tierra”.
-“¿Que
no eres una estrella?”- respondió la estrellita asombrada- “¡Qué horror!
¡Pensábamos que eras una de nosotras! “ -
Desde
ese día, las estrellas apenas si saludaban a la Luna cada noche.
Otra
de las cosas que la gente envidiaba de
la Luna es que vivía tan alto que podía ver todo lo que pasaba en la Tierra.
Eso era verdad, sí, pero estaba tan oscuro y tan lejos que tenía que esforzase
mucho, mucho para poder ver algo…y la Luna ya empezaba a notarse viejita y los
ojos le dolían cada día más. No como el Sol, que con sus rayos daba luz a todo
el planeta y podía ver lo que pasaba a cada momento; a la Luna no le gustaba ser
envidiosa, pero es que el sol… el sol tenía mucha suerte.
A
la Luna lo que le gustaba de verdad era ver a la gente bailar y reír, a los
niños jugar y a los mayores disfrutar con ellos, pero por la noche la gente se
dormía y no había cosas divertidas que ver. Había noches, sin embargo, en las
que la gente se quedaba despierta hasta tarde, y esas noches sí que las
disfrutaba. Por ejemplo, le encantaba la Nochevieja, cuando toda la gente
celebraba el nuevo año de mil formas diferentes y los niños se iban a la cama
tarde, ilusionados con ver un año diferente en el calendario. También le
gustaba cuando a algún niño se le caía
un diente; esas noches todos los niños se dormían prontito pero a cambio podía
ver al Ratoncito Pérez recogiendo el dientecito de debajo de la almohada para
dejar un regalito en su lugar. Pero el resto de las noches… ¡Ay, cómo se
aburría el resto de las noches!
Una
de las noches en las que más se aburría, observó movimiento en el jardín de una
pequeña casa a las afueras de una gran ciudad. Fijando un poquito más la vista,
vio a una niña que acababa de salir de su casa y se estaba acercando a un
objeto del jardín. A la Luna le costaba mucho ver lo que era, tan oscuro y tan
lejos como estaba, pero al final lo descubrió. ¡Era un columpio!
La
niña se subió en él y, con muchas ganas, comenzó a balancearse abajo y arriba,
tan arriba que a la Luna le parecía que iba a llegar tan alto como ella. A
medida que iba subiendo más alto, la niña se reía más y más. La Luna,
encantada, no pudo menos que reírse junto a la niña al ver cómo esta
disfrutaba. Le gustaría estar cerca de ella y del columpio, pero sabía que nunca
iba a poder bajar hasta allí. Al cabo de un ratito, la niña oyó que su madre le
llamaba desde la puerta del jardín; con cara de pena, bajó del columpio y se
metió en la casa. La Luna quedó pensativa; ¿cómo podría ella acercarse a ese
columpio que tanto había hecho disfrutar a la niña y que tan buen rato le había
hecho pasar a ella?
Pasaron
varias noches hasta que la Luna volvió a ver a la niña saliendo al jardín y
corriendo hacia el columpio. La Luna se puso muy contenta, pues se había
aburrido muchísimo desde aquella última vez.
Como
la en la ocasión anterior, la niña subió al columpio y empezó a balancearse. La
Luna, que estaba tan tranquila en el cielo riendo al ver disfrutar a la niña,
de repente se asustó. ¿Qué era aquello que ahora veía tan cerca ¡Un pie! ¡Y
otro pie, seguido de su piernecita correspondiente! ¿Y esa tabla de madera?
¡Era el asiento del columpio! La Luna, acostumbrada a verlo todo desde arriba,
no entendía nada. De repente, comprendió; esa tarde había llovido, y lo que
estaba viendo era el columpio y a la niña desde abajo porque ella misma estaba
allí, reflejada en un charco que había enfrente del columpio. ¡Cómo disfrutó la
Luna pudiendo ver a la niña balanceándose tan de cerca!
Cuando
su mamá la llamó y la niña entró en la casa,
la Luna se quedó un ratito más en aquel charco, disfrutando de la nueva
forma de ver las cosas que había descubierto. Desde entonces, cada noche de
lluvia, la Luna baja a los charcos y observa el mundo desde allí. Ve a las
estrellas muy arriba, porque son tan chiquititas que no se reflejan en los
charcos, y piensa en lo afortunada que es haber descubierto otra forma de mirar
el mundo.
Justificación:
La creación de este cuento se hizo
mediante la técnica del binomio fantástico, que consiste en inventar una historia a partir de dos palabras sin relación aparente.; le pedí a una amiga, maestra de
Infantil, que me asignara dos palabras, que resultaron ser “columpio” y “Luna”.
De aquí surgió la historia del La Luna y
el columpio
El cuento está pensado para 3º de
Primaria, es decir, para alumnos de unos 8 años. En esta edad, los niños se
encuentran en la etapa imaginativa. Si miramos las características de esta
etapa, vemos que el cuento se ajusta a ellas:
-
Se
puede incluir dentro de sus temas favoritos, ya que los cuentos maravillosos y
sencillos entran dentro de este punto.
-
En
cuanto a las motivaciones, el columpio de la Luna cumple los siguientes
requisitos:
- Texto claro, diálogo, frase directa y construcción simple y cadenciosa
(repetición, palabras sugestivas).
- Argumento completo (planteamiento-nudo-desenlace).
- Narración sencilla y directa
- Evitar excesivas descripciones de ambiente y no excederse en acciones
secundarias.
- Evitar el vocabulario inadecuado y la frase larga y ampulosa.
- Desenlace rápido.
- Breve extensión, que pueda terminarse de una sentada.
- Puntuación cuidada, pues en estas edades los niños gustan de la lectura
en voz alta
- Argumento comprensible y conveniente (que no deje dudas al niño).
- Acentuar el matiz afectivo y poético.
-De lectura fácil: vocabulario
sencillo (el común a esas edades); evitando términos abstractos, palabras
equívocas (usadas, preferentemente en su primer sentido, no en el figurado),
oraciones sencillas (tratando de evitar el hipérbaton y las inversiones de
orden).
Este cuento sirve
además como inicio de la recopilación de cuentos de los alumnos de una clase de
3º de Primaria, titulada Parejas
fantásticas- Toda la imaginación de 3º C, en honor a la técnica de Rodari.
Siguiendo este
modelo del binomio fantástico, los alumnos han ido aportando sus propios cuentos. Cada alumno asignó a un compañero dos
palabras para crear su historia, surgiendo así la recopilación.
La Luna y el columpio sirve además de como inicio, de modelo para el resto
de sus composiciones, aunque no se aspira a que los alumnos realicen
composiciones de la misma longitud.
Después de valorar varias alternativas, me decanté por la opción más clásica de la carpeta con los cuentos. La razón es que están escritos por los alumnos de una de mis clases y que les prometí que volvería a ellos para su biblioteca de aula; por ello, me resultaba más práctico tener una carpeta que puedan llevarse y donde puedan añadir más historias en el futuro. Este es el libro creado:
Después de valorar varias alternativas, me decanté por la opción más clásica de la carpeta con los cuentos. La razón es que están escritos por los alumnos de una de mis clases y que les prometí que volvería a ellos para su biblioteca de aula; por ello, me resultaba más práctico tener una carpeta que puedan llevarse y donde puedan añadir más historias en el futuro. Este es el libro creado:
Creación dramática.
Justificación:
Para la creación dramática, la idea es los niños escriban sus propios textos dramáticos basándose en los cuentos que ellos han escrito. Por ello, se ha tomado el primer cuento del libro, La Luna y el columpio, como ejemplo. El fin de estos textos dramáticos es que sean representados de verdad, por ello se han incluido acotaciones dramáticas. El texto incluye un narrador cuya función es introducir la situación y hablar de los sentimientos de los personajes. Además tiene una función apelativa, ya que lo que cuenta se lo cuenta al público-lector.
La Luna y el
columpio (obra teatral)
Narrador- La
historia que aquí se narra es la que le
ocurrió a la Luna un día que, como tantos otros, estaba muy aburrida. La Luna
vivía en el cielo, acompañada de las estrellas, que eran su única compañía.
(Salen estrellas y Luna)
Estrella 1-
¡Buenas noches, Lunita! ¿Qué tal estás hoy?
Estrella 2- ¡Hoy
estás muy grande y brillante! ¡Da gusto verte así!
Luna- ¡Muchas
gracias, estrellitas! ¡Encantada de veros una noche más!
Narrador- Como
veis, las estrellas y la Luna eran muy
amigas, hasta que un día…
Estrella 1- Luna,
¿por qué eres tan fría comparada con el Sol?
Estrella 2- Sí,
eso, Lunita, cuéntanos. ¿Por qué eres tan fría?
Narrador- la
Luna, azorada, respondió:
Luna- Es que el
Sol es una estrella y yo no lo soy. Yo solo soy un satélite, el satélite de la
Tierra.
Estrella 1 y Estrella
2- ¿QUE NO ERES UNA ESTRELLA? (Gritando)
Estrella 1- ¡Qué
horror! ¡Cómo es posible! ¡Qué decepción!
(Se van las estrellas)
Narrador- Desde
ese momento, la Luna se encontraba muy
solita, porque las estrellas apenas le saludaban.
Luna- Estoy tan
solita y me aburro tanto…Todo lo que veo está muy lejos, y ya no tengo edad
para forzar la vista. ¡Cómo me aburro!
Narrador- En
efecto, quitando algunas noches especiales en las que la gente estaba más
tiempo despierta, como en Nochevieja, la Luna se aburría muchísimo porque por
la noche todo el mundo se dormía y no había nada que ver ni que hacer. Hasta
que una noche…
Luna- ¿Qué es eso
que veo? ¡Ay, qué lejos está! NO veo nada…¡Uy, es una niña! ¿Y qué es eso a lo
que se está acercando? ¡Ya lo veo, es un columpio!
(Sale la niña)
Niña- ¡Qué noche
tan buena para subir a mi columpio! ¡Qué bien que mamá me haya dado permiso
para salir un ratito! Es mi juego favorito. (sube al columpio)
Narrador- La niña
disfrutaba y reía mientras se balanceaba cada vez más alto. Mientras tanto, la
Luna disfrutaba viéndola.
Luna- ¡Cómo me
gustaría estar más cerca de ellos para así disfrutar más! Esta niña se lo está
pasando tan bien que parece que subirse al columpio es lo más divertido que ha
hecho en su vida.
(Sale la madre)
Madre- Cariño, es
hora de ir a dormir.
Niña- Voy, mami.
Narrador- La Luna
se quedó pensativa. ¿Cómo podría ella acercarse al columpio? Al día siguiente
llovió mucho durante toda la mañana y
toda la tarde pero, afortunadamente, paró por la noche. La Luna salió a ver si
veía de nuevo a la niña. Al principio nada se movía en el jardín, pero al cabo
de un ratito la vio. ¡Allí estaba!
(Sale la niña)
Niña- ¡Qué bien,
ha parado de llover! Por fin puedo disfrutar de mi columpio.
Luna- ¡Menos mal!
Al ver las nubes pensé que esta noche la niña no saldría. ¡Eh, eh! ¿QUÉ PASA? (Gritando)
Narrador- la
Luna, de repente, veía todo muy raro.
Luna- ¿Qué es
esta tabla? ¿Y esto que se mueve? ¡No entiendo nada!
Narrador- De
repente, comprendió.
Luna- ¡Claro, eso
es! Estoy en un charco y veo todo desde abajo. ¡Ahora estoy mucho más cerca! ¡Esto
es genial!
Narrador- Desde
entonces, cada día de lluvia la luna baja a la Tierra para poder disfrutar de
una nueva visión. Ha aprendido que, si miras la vida desde otro ángulo, lo que
antes era aburrido y triste puede pasar a ser algo maravilloso.
Creación en verso.
Técnica utilizada:
caligramas
Justificación:
Para el texto poético,
decidí hacer caligramas porque considero que, además de llamativos y atractivos
para los alumnos, encajan con su momento evolutivo. Los alumnos de 3º de
Primaria se encuentran en la etapa de las Operaciones Concretas, en la que, según
vemos en los cuadros proporcionados en la asignatura, reconocen
la posibilidad de interpretar palabras y hechos de diversas maneras y manipulan ideas y no solamente
objetos. Los caligramas permiten a los lectores asociar palabras con ideas.
He elegido hacer dos poemas; en el primero, sin rima, no se menciona el objeto
representado en el dibujo, el árbol, pero su contenido permite identificarlo
inmediatamente con el árbol dibujado. Este poema no tiene rima con el objeto de
que los alumnos entiendan que hacer poesía no es necesariamente rimar.
En el otro he dibujado un gato, que sí es mencionado directamente en
el texto. Además este poema sí está rimado, con rima asonante y consonante. Es
un poema más sencillo y directo, que desde el primer momento identifica texto e
ilustración.
Bien compañera. Solo dos pequeños comentarios. En la elaboración de los caligramas, sin querer has puesto creación en prosa en lugar de verso. El caligrama del árbol apenas lo puedo leer. Solución: o indicas en el blogger tamaño grande o extragrande de la fotografía o lo copias aparte.
ResponderEliminarLa segunda indicación es, ¿no has consultado ningún libro o página web para la realización de la actividad?
Y sigo expresando que me gusta cómo escribes, aunque en esta ocasión, cómo es lógico noto falta de frescura (lo mismo me ocurre a mí).
Y colorín colorado esta asignatura... (para ti)
Estupendas indicaciones, Fran.
EliminarSolventados los problemas técnicos, Fran!
ResponderEliminarMuchas gracias!!
Perfecto, Laura. Un excelente trabajo.
ResponderEliminarHola Laura.
ResponderEliminarLos textos están genial. Quizá algo complejos de elaborar para los alumnos de esta etapa tomando como modelo el cuento de la luna. O será que como a mí me cuesta escribir me parece difícil. Me parece una buena idea usar el mismo cuento para convertirlo en composición dramática. Eso es sacarle partido. ¿Los alumnos escriben la obra individualmente o en grupo?
La realización de caligramas también es una idea excelente para dar una visión de la amplitud de realización de la poesía, sobre todo visualmente. Da juego de forma sencilla y produce resultados materiales y con ellos la sensación y la satisfacción de haber hecho poesía. Que a estas edades no es poco.
Gracias por las ideas.