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jueves, 15 de enero de 2015

CREACIÓN LITERARIA - Prosa, drama y verso -

CREACIÓN LITERARIA

Las creaciones literarias propuestas en esta entrada están pensadas y diseñadas para 3º de Primaria, es decir, para alumnos de 8-9 años.

Creación en prosa.

Técnica utilizada: binomio fantástico (Gianni Rodari)

La Luna y el columpio

La Luna estaba aburrida... ¡qué aburrida estaba la Luna! Todo el mundo pensaba que era una privilegiada porque vivía en el cielo, acompañada de las estrellas  Pero nada más lejos de la realidad; estaba harta de estar tan sola. Las estrellas eran unas estiradas  y solo se relacionaban unas con las otras. Al principio, esto no era así; las estrellas le hacían compañía, le contaban sus historias y le hacían reír, hasta que un día una de ellas le preguntó que por qué era tan fría comparada con su hermano el sol:
- “Porque yo no soy una estrella”-explicó la Luna-“yo soy un satélite, el satélite de la Tierra”.
-“¿Que no eres una estrella?”- respondió la estrellita asombrada- “¡Qué horror! ¡Pensábamos que eras una de nosotras! “ -
Desde ese día, las estrellas apenas si saludaban a la Luna cada noche.

Otra de las cosas que  la gente envidiaba de la Luna es que vivía tan alto que podía ver todo lo que pasaba en la Tierra. Eso era verdad, sí, pero estaba tan oscuro y tan lejos que tenía que esforzase mucho, mucho para poder ver algo…y la Luna ya empezaba a notarse viejita y los ojos le dolían cada día más. No como el Sol, que con sus rayos daba luz a todo el planeta y podía ver lo que pasaba a cada momento; a la Luna no le gustaba ser envidiosa, pero es que el sol… el sol tenía mucha suerte.

A la Luna lo que le gustaba de verdad era ver a la gente bailar y reír, a los niños jugar y a los mayores disfrutar con ellos, pero por la noche la gente se dormía y no había cosas divertidas que ver. Había noches, sin embargo, en las que la gente se quedaba despierta hasta tarde, y esas noches sí que las disfrutaba. Por ejemplo, le encantaba la Nochevieja, cuando toda la gente celebraba el nuevo año de mil formas diferentes y los niños se iban a la cama tarde, ilusionados con ver un año diferente en el calendario. También le gustaba  cuando a algún niño se le caía un diente; esas noches todos los niños se dormían prontito pero a cambio podía ver al Ratoncito Pérez recogiendo el dientecito de debajo de la almohada para dejar un regalito en su lugar. Pero el resto de las noches… ¡Ay, cómo se aburría el resto de las noches!

Una de las noches en las que más se aburría, observó movimiento en el jardín de una pequeña casa a las afueras de una gran ciudad. Fijando un poquito más la vista, vio a una niña que acababa de salir de su casa y se estaba acercando a un objeto del jardín. A la Luna le costaba mucho ver lo que era, tan oscuro y tan lejos como estaba, pero al final lo descubrió. ¡Era un columpio!
La niña se subió en él y, con muchas ganas, comenzó a balancearse abajo y arriba, tan arriba que a la Luna le parecía que iba a llegar tan alto como ella. A medida que iba subiendo más alto, la niña se reía más y más. La Luna, encantada, no pudo menos que reírse junto a la niña al ver cómo esta disfrutaba. Le gustaría estar cerca de ella y del columpio, pero sabía que nunca iba a poder bajar hasta allí. Al cabo de un ratito, la niña oyó que su madre le llamaba desde la puerta del jardín; con cara de pena, bajó del columpio y se metió en la casa. La Luna quedó pensativa; ¿cómo podría ella acercarse a ese columpio que tanto había hecho disfrutar a la niña y que tan buen rato le había hecho pasar a ella?

Pasaron varias noches hasta que la Luna volvió a ver a la niña saliendo al jardín y corriendo hacia el columpio. La Luna se puso muy contenta, pues se había aburrido muchísimo desde aquella última vez.
Como la en la ocasión anterior, la niña subió al columpio y empezó a balancearse. La Luna, que estaba tan tranquila en el cielo riendo al ver disfrutar a la niña, de repente se asustó. ¿Qué era aquello que ahora veía tan cerca ¡Un pie! ¡Y otro pie, seguido de su piernecita correspondiente! ¿Y esa tabla de madera? ¡Era el asiento del columpio! La Luna, acostumbrada a verlo todo desde arriba, no entendía nada. De repente, comprendió; esa tarde había llovido, y lo que estaba viendo era el columpio y a la niña desde abajo porque ella misma estaba allí, reflejada en un charco que había enfrente del columpio. ¡Cómo disfrutó la Luna pudiendo ver a la niña balanceándose tan de cerca!

Cuando su mamá la llamó y la niña entró en la casa,  la Luna se quedó un ratito más en aquel charco, disfrutando de la nueva forma de ver las cosas que había descubierto. Desde entonces, cada noche de lluvia, la Luna baja a los charcos y observa el mundo desde allí. Ve a las estrellas muy arriba, porque son tan chiquititas que no se reflejan en los charcos, y piensa en lo afortunada que es haber descubierto otra forma de mirar el mundo.

Justificación:


La creación de este cuento se hizo mediante la técnica del binomio fantástico, que consiste en inventar una historia a partir de dos palabras sin relación aparente.; le pedí a una amiga, maestra de Infantil, que me asignara dos palabras, que resultaron ser “columpio” y “Luna”. De aquí surgió la historia del La Luna y el columpio

El cuento está pensado para 3º de Primaria, es decir, para alumnos de unos 8 años. En esta edad, los niños se encuentran en la etapa imaginativa. Si miramos las características de esta etapa, vemos que el cuento se ajusta a ellas:

-          Se puede incluir dentro de sus temas favoritos, ya que los cuentos maravillosos y sencillos entran dentro de este punto.

-          En cuanto a las motivaciones, el columpio de la Luna cumple los siguientes requisitos:
             
                      - Texto claro, diálogo, frase directa y construcción simple y cadenciosa 
                         (repetición, palabras sugestivas).
                     - Argumento completo (planteamiento-nudo-desenlace).
                     - Narración sencilla y directa
- Evitar excesivas descripciones de ambiente y no excederse en  acciones secundarias.
- Evitar el vocabulario inadecuado y la frase larga y ampulosa.
- Desenlace rápido.
- Breve extensión, que pueda terminarse de una sentada.
- Puntuación cuidada, pues en estas edades los niños gustan de  la lectura en voz alta
- Argumento comprensible y conveniente (que no deje dudas al niño). 
- Acentuar el matiz afectivo y poético.
-De lectura fácil: vocabulario sencillo (el común a esas edades); evitando términos abstractos, palabras equívocas (usadas, preferentemente en su primer sentido, no en el figurado), oraciones sencillas (tratando de evitar el hipérbaton y las inversiones de orden).

Este cuento sirve además como inicio de la recopilación de cuentos de los alumnos de una clase de 3º de Primaria, titulada Parejas fantásticas- Toda la imaginación de 3º C, en honor a la técnica de Rodari.

Siguiendo este modelo del binomio fantástico, los alumnos han ido aportando sus propios cuentos. Cada alumno asignó a un compañero dos palabras para crear su historia, surgiendo así la recopilación.


La Luna y el columpio sirve además de como inicio, de modelo para el resto de sus composiciones, aunque no se aspira a que los alumnos realicen composiciones de la misma longitud.

Después de valorar varias alternativas, me decanté por la opción más clásica de la carpeta con los cuentos. La razón es que están escritos por los alumnos de una de mis clases y que les prometí que volvería a ellos para su biblioteca de aula; por ello, me resultaba más práctico tener una carpeta que puedan llevarse y donde puedan añadir más historias en el futuro. Este es el libro creado:


 






Creación dramática.

Justificación:

Para la creación dramática, la idea es los niños escriban sus propios textos dramáticos basándose en los cuentos que ellos han escrito. Por ello, se ha tomado el primer cuento del libro, La Luna y el columpio, como ejemplo.  El fin de estos textos dramáticos es que sean representados de verdad, por ello se han incluido acotaciones dramáticas. El texto incluye un narrador cuya función es introducir la situación y hablar de los sentimientos de los personajes. Además tiene una función apelativa, ya que lo que cuenta se lo cuenta al público-lector. 

La Luna y el columpio (obra teatral)

Narrador- La historia que aquí se narra es  la que le ocurrió a la Luna un día que, como tantos otros, estaba muy aburrida. La Luna vivía en el cielo, acompañada de las estrellas, que eran su única compañía.
 (Salen estrellas y Luna)
Estrella 1- ¡Buenas noches, Lunita! ¿Qué tal estás hoy?
Estrella 2- ¡Hoy estás muy grande y brillante! ¡Da gusto verte así!
Luna- ¡Muchas gracias, estrellitas! ¡Encantada de veros una noche más!
Narrador- Como veis, las estrellas y la Luna eran  muy amigas, hasta que un día…
Estrella 1- Luna, ¿por qué eres tan fría comparada con el Sol?
Estrella 2- Sí, eso, Lunita, cuéntanos. ¿Por qué eres tan fría?
Narrador- la Luna, azorada, respondió:
Luna- Es que el Sol es una estrella y yo no lo soy. Yo solo soy un satélite, el satélite de la Tierra.
Estrella 1 y Estrella 2- ¿QUE NO ERES UNA ESTRELLA? (Gritando)
Estrella 1- ¡Qué horror! ¡Cómo es posible! ¡Qué decepción!
(Se van las estrellas)
Narrador- Desde ese momento, la  Luna se encontraba muy solita, porque las estrellas apenas le saludaban.
Luna- Estoy tan solita y me aburro tanto…Todo lo que veo está muy lejos, y ya no tengo edad para forzar la vista. ¡Cómo me aburro!
Narrador- En efecto, quitando algunas noches especiales en las que la gente estaba más tiempo despierta, como en Nochevieja, la Luna se aburría muchísimo porque por la noche todo el mundo se dormía y no había nada que ver ni que hacer. Hasta que una noche…
Luna- ¿Qué es eso que veo? ¡Ay, qué lejos está! NO veo nada…¡Uy, es una niña! ¿Y qué es eso a lo que se está acercando? ¡Ya lo veo, es un columpio!
(Sale la niña)
Niña- ¡Qué noche tan buena para subir a mi columpio! ¡Qué bien que mamá me haya dado permiso para salir un ratito! Es mi juego favorito. (sube al columpio)
Narrador- La niña disfrutaba y reía mientras se balanceaba cada vez más alto. Mientras tanto, la Luna disfrutaba viéndola.
Luna- ¡Cómo me gustaría estar más cerca de ellos para así disfrutar más! Esta niña se lo está pasando tan bien que parece que subirse al columpio es lo más divertido que ha hecho en su vida.
(Sale la madre)
Madre- Cariño, es hora de ir a dormir.
Niña- Voy, mami.
Narrador- La Luna se quedó pensativa. ¿Cómo podría ella acercarse al columpio? Al día siguiente llovió mucho durante toda la mañana  y toda la tarde pero, afortunadamente, paró por la noche. La Luna salió a ver si veía de nuevo a la niña. Al principio nada se movía en el jardín, pero al cabo de un ratito la vio. ¡Allí estaba!
(Sale la niña)
Niña- ¡Qué bien, ha parado de llover! Por fin puedo disfrutar de mi columpio.
Luna- ¡Menos mal! Al ver las nubes pensé que esta noche la niña no saldría. ¡Eh, eh! ¿QUÉ PASA? (Gritando)
Narrador- la Luna, de repente, veía todo muy raro.
Luna- ¿Qué es esta tabla? ¿Y esto que se mueve? ¡No entiendo nada!
Narrador- De repente, comprendió.
Luna- ¡Claro, eso es! Estoy en un charco y veo todo desde abajo. ¡Ahora estoy mucho más cerca! ¡Esto es genial!
Narrador- Desde entonces, cada día de lluvia la luna baja a la Tierra para poder disfrutar de una nueva visión. Ha aprendido que, si miras la vida desde otro ángulo, lo que antes era aburrido y triste puede pasar a ser algo maravilloso.


Creación en verso.

Técnica utilizada: caligramas

Justificación:

Para el texto poético, decidí hacer caligramas porque considero que, además de llamativos y atractivos para los alumnos, encajan con su momento evolutivo. Los alumnos de 3º de Primaria se encuentran en la etapa de las Operaciones Concretas, en la que, según vemos en los cuadros proporcionados en la asignatura, reconocen la posibilidad de interpretar palabras y hechos de diversas maneras y manipulan ideas y no solamente objetos. Los caligramas permiten a los lectores asociar palabras con ideas. He elegido hacer dos poemas; en el primero, sin rima, no se menciona el objeto representado en el dibujo, el árbol, pero su contenido permite identificarlo inmediatamente con el árbol dibujado. Este poema no tiene rima con el objeto de que los alumnos entiendan que hacer poesía no es necesariamente rimar.
En el otro he dibujado un gato, que sí es mencionado directamente en el texto. Además este poema sí está rimado, con rima asonante y consonante. Es un poema más sencillo y directo, que desde el primer momento identifica texto e ilustración.



5 comentarios:

  1. Bien compañera. Solo dos pequeños comentarios. En la elaboración de los caligramas, sin querer has puesto creación en prosa en lugar de verso. El caligrama del árbol apenas lo puedo leer. Solución: o indicas en el blogger tamaño grande o extragrande de la fotografía o lo copias aparte.
    La segunda indicación es, ¿no has consultado ningún libro o página web para la realización de la actividad?
    Y sigo expresando que me gusta cómo escribes, aunque en esta ocasión, cómo es lógico noto falta de frescura (lo mismo me ocurre a mí).
    Y colorín colorado esta asignatura... (para ti)

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  2. Solventados los problemas técnicos, Fran!

    Muchas gracias!!

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  3. Perfecto, Laura. Un excelente trabajo.

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  4. Hola Laura.

    Los textos están genial. Quizá algo complejos de elaborar para los alumnos de esta etapa tomando como modelo el cuento de la luna. O será que como a mí me cuesta escribir me parece difícil. Me parece una buena idea usar el mismo cuento para convertirlo en composición dramática. Eso es sacarle partido. ¿Los alumnos escriben la obra individualmente o en grupo?

    La realización de caligramas también es una idea excelente para dar una visión de la amplitud de realización de la poesía, sobre todo visualmente. Da juego de forma sencilla y produce resultados materiales y con ellos la sensación y la satisfacción de haber hecho poesía. Que a estas edades no es poco.

    Gracias por las ideas.

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